miércoles, 30 de julio de 2014

Capítulo 7 "Navidad"

El despertador sonó tres veces y tres veces lo he parado. Simplemente no quería levantarme así que volvía a hundirme en mi edredón.
Si me llegan a preguntar hace cinco horas, si deseaba que llegara la mañana de navidad, habría dicho que sí. Ahora estoy hecha un lio.
Por otra parte, si no bajo a desayunar el chocolate caliente, sospecharan y no quiero eso.
La conversación que escuché ayer, me hizo entender que a Jaden le importo más de lo que yo pensaba y que hay una misión esperándome fuera de aquí.
Me levanto para vestirme con un leggin negro, una camiseta del mismo color y una sudadera gris. Peino mi melena, intentando que esté presentable. Tenía las puntas estropeadas;  ya tocaba cortarlas. Luego me calcé unos tenis y salí a fuera con las bolsas de los regalos en cada mano.
-Buenos días, Dhana.-Saluda una señora que pasaba con un carro de la compra.
-Buenos días.-Le dedico una sonrisa.
Me detiene agarrando mi brazo con amabilidad.
-Toma, esto es para ti.
Me entrega una caja pequeña, que contiene unos pendientes preciosos.
-Eran de mi hija fallecida y me gustaría que ahora los tuvieses tú.
No es que me gustara llevar los pendientes de un cadáver, pero lo hizo con buena intención y no me gustaría deshonrar su memoria.
-Muchas gracias.-La abrazo como buenamente puedo y le deseo unas felices fiestas.
Bajo por las escaleras como una bala. Hasta me atrevo a deslizarme por la barandilla al final de ellas.
Actúa normal, tú no has oído nada, Dice mi subconsciente antes de acercarme a las mesas.
-Feliz navidad. Os he traído unos regalos.-Anuncio, levantando las bolsas.
Me siento al lado de Scar.
-Esta chica cada vez me cae mejor.-Dice Ezra, sorprendido por lo que había traído.
Pronto, un chico de unos veinte años me pregunta si quiero que me traiga un chocolate caliente y acepto cordialmente.
-A ver que me traes ahí, rubia.-Ezra cotillea en las bolsas y le doy un golpe en la mano.
-Te esperas como todo el mundo.-Scarlett lo imita.
Ella ya volvía a tener todos y cada uno de sus piercings en las orejas y nuevamente uno en la lengua.
Jaden estaba a lo suyo, con cara de pocos amigos y Luka tomaba el chocolate humeante a sorbos cortos mientras ojeaba las páginas de un libro.
-Este es para ti, Luka.-Le entrego esas botas negras que tanto le gustaban en una caja de zapatos (claramente envueltos.Mal, pero envueltos)-Para ti, Ezra.-Era un cuchillo y un libro de recetas; había pensado en un regalo chistoso.-¿Te gusta?-Sonrío, apunto de riéndome.
-Muy graciosa...-Entre cierra los ojos.- Aunque gracias por el cuchillo, este ya está muy viejo.
Lo saca del bolsillo trasero y lo deja encima de la mesa.
-Me encantan, Dhana. Muchísimas gracias.-Luka me abraza por detrás y me da un beso en la mejilla.
Su muestra de cariño me pone nerviosa, pero al ver que a Scar le da igual, relajo mi compostura.
-Este es el tuyo, mi querida Scarlett.-Se lo entrego y lo desenvuelve con ansia.
Bueno, lo suyo va más ayá que "con ansia".
-¡Una bruja!-Me señala al ver la lámpara de Neón.-¿Cómo sabes que la quería ?
-Tengo mis contactos.-Reímos después de mi intento fallido por parecer interesante.
Dejo al resto jugueteando con sus nuevos regalos y me levanto con el de Jaden en la mano.
Sus manos aferran la taza con tanta fuerza como para dejar los nudillos blancos. Me siento a su izquierda.
-Toma. Espero que te guste.
Lo dejo al lado de la taza y apoyo mi cabeza sobre mi mano esperando a que lo abra.
-No lo quiero, gracias.-Musita, borde.
Un escalofrio me recorre la espalda. Sus ojos ya no parecen tan azules cuando está enfadado.
-Pero me a costado mucho conse... Intento que entienda lo mucho que me he esforzado por hacerle ese regalo, pero me interrumpe.
-No quiero tu maldito regalo, Dhana.
Como si pasara un ángel, la mesa se queda en absoluto silencio. Atrapo mi labio tembloroso entre los dientes. ¿Habré echo algo ayer que le haya molestado?
-Ya veo.-Asiento con la cabeza, decepcionada y me levanto.
Cuando estoy de vuelta en mi sitio, ninguno habla y el ambiente está tenso. No tan tenso como yo, pero muy incomodo. Sentía unas inmensas ganas de llorar de rabia y gritarle que no era el único con problemas. Yo no tengo la culpa...
Agarré toda la dignidad que me quedaba he hice que hablara por mi.
-Ponte a la cola. Hay mucha gente antes que tú, dispuesta a joderme el día.
Scar se levanta con su taza de chocolate vacía y se dirije a la cocina. Le molestan estas situaciones.
-Bueno, ¿a quien le toca con los regalos?-Esbozo la sonrisa más falsa que puedo dedicarles.
Jaden se levanta enfurecido, tira el chocolate a la papelera y se va por la puerta principal.
No lo iba a perseguir para pedirle perdón, ni él iba a disculparse por el momento, así que será mejor no cruzarnos.

Gam, me llama después de mantener una conversación con Ezra, nuevamente sobre lo Rebelde que era con tan solo 11 años. Subo con él por el ascensor.
-Será un momento, solo queremos proponerte algo.-Pasa su brazo por encima de mis hombros.
Hace que me siente junto algunos de los lideres que no había visto nunca.
-Una misión. No irás sola y es muy simple. Unas semanas infiltrada en tu anterior vida. Necesitamos que recojas informes y que hagas cosas que solo la hija de Bill podría hacer por ser ella... aunque de eso ya hablaremos luego.-Carraspea.- Es tu decisión, si aceptas empezarás tu entrenamiento cuando acabe el año.-Gam le da vueltas a un bolígrafo, nervioso.
 -¿Puedo pensármelo?-Pregunto. Se miran unos a otros durante un minuto y asienten.
-Tienes 48 horas para pensártelo detenidamente. Luego no habrá marcha atrás.
¿Aceptaría o no? ¿Jaden me hablaría si lo hago? Si acepto me daría el privilegio de volver a ver a Alison y eso me haría feliz. Hasta podría venirse conmigo si se lo pido. Sé que a ella no le gusta vivir allí pero tampoco se queja. ¿Que habrá sido de Peter? ¿Se habrá encaprichado de otra chica o se quedó con ganas de mi? Me voy riendo por el camino y pensando en los pros y los contras que conllevaría aceptar o denegar.
 Al llegar a la habitación saco todos los regalos y los coloco al lado de mi mesita de noche: una botella de vodka, un pulsera de la mistad y un vale gratis por un tinte o un piercing.
Eran los únicos regalos agradables que había recibido en mi vida. Aún así, me faltaba Jaden, lo necesitaba, necesitaba saber que aún le seguía importando. La noche anterior se había portado tan bien conmigo que hasta me da ganas de no aceptar la misión por él. Una locura. ¿Desde cuando me dejaba manipular por un chico?Pero no, él se ha comportado como un imbécil. No voy a ser yo quien me arrastre por un simple chico y menos si la misión me permite volver a ver a mi hermana.
Petan en mi puerta y hago el esfuerzo de levantarme para abrirla. Al parecer se había cansado de esperar porque no había nadie fuera.
A mis pies, me encuentro con una caja mal envuelta en papel rojo; una nota descansaba encima. La levanto y la pongo encima de la cama después de cerrar la puerta.
¿Un regalo? ¿Será una bomba? Linsed sería tan retorcida como para hacerme una broma tan pesada. Aunque ya había superado su récord de no molestarme en unos cuatro días seguidos.
Al desenvolverla y, finalmente abrirla, me encuentro con un reproductor de música. Los cascos eran negros y colgaban del aparato.
¿Quién me había mandado esto?
Decido leer la tarjeta:
"No quiero pertenecer a la cola. Ni ser el primero ni el último de ella. Nunca."
Estaba segura de que era de Jaden y la verdad es que me hizo ilusión que se tomara esa molestia. Parecía una niña pequeña sonriendo como tonta tirada encima de la cama.
Se ha arrepentido y eso es lo que realmente me importa. No tengo claro lo que siento hacía Jaden ya que lo veo como un buen amigo, pero me hace sentir especial y me encanta estar tan cerca de él. No sé; puede que sea la forma en la que me agarra, su aroma a desodorante masculino adictivo, la forma en la que me habla...
No paro de recordar cuándo me acarició el pelo como si fuese oro o cuando me dio la mano por debajo de la mesa. Cada vez que lo hago el estomago se me estruja.
Puede que me guste pero no sé lo pienso decir. A lo mejor estaba bromeando cuando dijo que yo le gustaba. No pienso hacer el ridículo.
Cojo la bolsa con su regalo y decido tener el mismo detalle con él.
Subo hasta la quinta planta y timbro. Me vuelvo a meter en el ascensor con una sonrisa.  ¿Por qué me hace sentirme tan...tan... Adolescente? ¿Tan ridicula y genial?
Le había dejado una nota junto al regalo, que decía:
"Te espero en el bosque, tenemos que hablar"
No sé mucho sobre relaciones pero cuando una chica dice tenemos que hablar, se supone que es algo malo. Yo no soy una chica cualquiera; creo que ni me consideran una.
Me pongo la chaqueta vaquera y aprovecho que el guardia está distraído para salir a gatas.
Atravieso el bosque hasta llegar a la colina. Allí me tumbo escuchando el sonido del viento rozando las ramas de los árboles, a los cuales se le habían caído las hojas. Respiro profundo y se me eriza la piel. Juraría que aún las conservaban cuando llegué aquí.
El sonido de la hierba estrujandose probocó que abriera los ojos.
-Hola.-Saluda.
Su voz sonaba ronca y eso me hizo suspirar. Traía unas mantas dobladas debajo del brazo.
Me incorporo.
-¿Que escusa has puesto para que te dejara salir con las mantas? -Pregunto, curiosa, y me levanto para ayudarle extenderlas en la mullida y fría hierba invernal.
-Que tenía que arreglar un problema con una chica especial.-Dice, encogiendose de hombros.
Me mira a los ojos y yo me pierdo en su azul. ¿Cuando he dejado de respirar?
Se sienta a mi lado, apoyado en sus manos. Yo me coloco en frente, mirando hacía él, sin saber muy bien que decirle. Creo que ser sincera será la mejor opción.
-Antes de nada, quería decirte que escuché la conversación que tuviste con Luka ayer.
Bajo la mirada, avergonzada. Se revuelve en su postura, dispuesto a escucharme de verdad. Hacia mucho tiempo desde que alguien esté dispuesto a escucharme. Sienta bien. Sienta bien escuchar su respiración.
-Ya me han ofrecido la misión.-Alzo la mirada.-Para tu información, les he dicho que me lo tenía que reflexionar, asique no pienses que paso de ti.-Me adelanto a decir. Veia sus intenciones de hablar.
- Yo solo quiero que no te pase nada.-murmura en un hilo de voz.- Sé que aceptarás y me jode porque no puedo hacer nada para evitarlo.
Pone su espalda recta y deja de apoyarse en las manos para quedar más cerca de mí.
-Si vas, quiero ir contigo.
¿Conmigo? ¿Por qué tengo ganas de llorar y salir corriendo? Cierto, soy idiota cuando estoy con él.
Roba una de mis manos y entrelaza sus largo dedos con los mios.Mira mis ojos y luego baja a los labios. Siento una oleada de calor por todo el cuerpo y rezo porque no me empiecen a sudar las manos en este momento.
¿Sé está acercando? No, en parte soy yo la que me acerco.
-¿Te puedo besar?
Eso ya no era algo que yo pudiera o quisiese evitar. Mi cerebro se desconectó de mi cuerpo cuando me acarició el cuello.
Ahora no era el calor lo que se apoderaba de mi, sino los nervios del momento. Me lo ha preguntado y yo nunca he besado a nadie. ¿Podemos ser más pateticos? Corrijo ¿puedo ser más patetica? Él es sexy. Sus labios finos y entre abriertos son como imanes.
Asiento.
"No intentaré nada que no quieras que intente."
Con una mano, tira de mi cintua para acercarme y luego sujeta con la otra mi mejilla. Cuándo roza mis labios con un suspiro, una reacción rara se formó en mi estomago. Cierro los ojos; mis labios se apoyan sobre los suyos con dulzura y suavidad. Me acaricia el cuello hasta llegar, otra vez, a mi mejilla ardiente. Me retiro respirando su respiración. Abro los ojos.
Sus pupilas están dilatadas y me recorren la boca; yo no me quedo atrás. Necesito más ¿Por qué me abré apartado? Idiota.
Como si me leyera el pensamiento, atrapa con fiereza mis labios entre los suyos. Y aunque en el primer momento me quedé paralizada(... Joder, su lengua estaba dentro de mi boca... Como para no quedarme) ,le agarré del pelo para profundizar el beso.
Me atraía demasiado; eso era peligroso.

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